Saltar al contenido
ACCU Canarias

E.I.I. Pediátrica

ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL PEDIÁTRICA


En los últimos años estamos observando un incremento en la incidencia (diagnóstico de casos nuevos) de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), tanto enfermedad de Crohn como colitis ulcerosa en niños y adolescentes. Los avances en el diagnostico de esta enfermedad y la existencia de otros factores aún no del todo conocidos, que pueden influir en la aparición de la misma, hacen que la detección de nuevos casos se produzca a edades cada vez más tempranas (una tercera parte de los pacientes son diagnosticados antes de los 18 años).La infancia y adolescencia, son etapas de cambio, de evolución y crecimiento. En este grupo de edad, se produce el desarrollo  psicomotor y puberal y se evoluciona hacia  la madurez mental. Son estadios donde además, tienen lugar importantes acontecimientos psicosociales de gran influencia en la futura edad adulta. Una enfermedad tan compleja como la EII puede condicionar por lo tanto, múltiples alteraciones en la esfera física, psíquica y social.


La importancia del conocimiento de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal Pediátrica radica no sólo en el aumento llamativo de su incidencia en los últimos años en todos los países europeos (a expensas principalmente de la Enfermedad de Crohn), sino en las diferencias de esta enfermedad en el niño con respecto al adulto, tanto en sus síntomas y forma de presentación, como en el manejo, tratamiento y repercusiones biopsicosociales, al tratarse el niño de un individuo en crecimiento, desarrollo y maduración.

La EII Pediátrica se produce por una interacción de factores genéticos, inmunitarios y ambientales. Y se puede dividir en función del momento de aparición:

– Entre 0 y 2 años (EII muy temprana)

– Entre 6 y 10 años (EII temprana)

– Más de 10 años (EII similar a la de los adultos)

Se diferencia de la EII adulta en la extensión, la evolución, el retraso del crecimiento, el impacto psicosocial, en el uso de recursos terapéuticos y la transición dentro del sistema sanitario del servicio de pediatría al de adultos.

La pancolitis (afectación total del colon) es muy frecuente y se presenta en el 67% de los niños, respeto al 47% de los adultos.

La enfermedad de Crohn tiene mayor incidencia que la colitis ulcerosa, y hay más niños afectados que niñas.

El 25% de los pacientes pediátricos presenta dolor, diarrea y pérdida de peso en el momento del diagnóstico.

La inflamación provoca: malnutrición, freno del crecimiento óseo y resistencia a la hormona del crecimiento.

Es muy importante conseguir la “Talla Diana Genética”, evitando la toma de corticoides en edades tempranas y con nutrición enteral.

Los objetivos del tratamiento son: prevenir recaídas, mejorar síntomas, reducir complicaciones, mantener el estado nutricional y vigilar el crecimiento.

Fuente: XXV Convención de ACCU España (ACCU Valencia)

Las características propias y únicas de estas etapas (infancia y adolescencia), hacen que las manifestaciones clínicas, el manejo, las indicaciones diagnósticas y terapéuticas de la EII presenten aspectos propios y diferentes si lo comparamos con la enfermedad en el adulto.

A diferencia de los adultos, en la EII pediátrica parece que tiene un peso mayor la carga o predisposición genética a padecer la enfermedad.

En el desarrollo de la EII del adulto,  personas con determinadas alteraciones en genes concretos, influidas por la acción de determinados factores ambientales externos (Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosa), desarrollan una respuesta inmunitaria alterada que favorece la aparición de la enfermedad. En el caso de la EII pediátrica, parece ser más importante el papel de las alteraciones genéticas, como causa principal de las modificaciones de la respuesta del sistema inmunológico que condicionan la aparición de la enfermedad, siendo menor en este grupo de edad, la influencia de los factores ambientales externos (tabaco, dieta, tratamiento con anti-inflamatorios o anticonceptivos, etc.).

Aunque la EII pediátrica, al igual que la enfermedad en el adulto, no es una enfermedad hereditaria (Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosa), el presentar un familiar de primer grado (padre o madre) con EII, aumenta el riesgo de padecerla a edades tempranas y de que puedan surgir complicaciones en su evolución.

En el caso de la EC pediátrica, sobre todo en las edades más tempranas  la localización más frecuente es la afectación cólica, a diferencia de la enfermedad en el adulto en la que el área ileocecal es la que con mayor frecuencia se ve afectada (íleon distal, y área del colon cercana al íleon).

Con respecto a la CU, en los niños, predominan las formas extensas o pancólicas (todo el colon afectado) de presentación (Imagen), que precisan con mayor frecuencia tratamientos con inmunosupresores o fármacos biológicos.

Existe un mayor predominio de manifestaciones extraintestinales y síntomas generales (pérdida de peso, retraso en el crecimiento), que se observan hasta en un 50% de los casos diagnosticados en la edad pediátrica e incluso pueden ser la única manifestación.
Entre ellos la pérdida de peso, el retraso en el crecimiento y el retraso puberal, especialmente en la E. de Crohn cobran especial importancia tanto en el diagnóstico como en el control de la enfermedad y en la evaluación de la eficacia de los tratamientos.

En muchas ocasiones y a diferencia de los casos en adultos, el primer brote de la enf. de Crohn puede controlarse mediante el tratamiento con nutrición enteral exclusiva, muy eficaz en los niños y que puede evitar el uso de corticoides.
Generalmente se inicia a la vez el tratamiento de mantenimiento con inmunosupresores o fármacos biológicos. Ambos tratamientos son muy eficaces en la edad pediátrica.

Fuente Eduacainflamatoria