Experiencia de Arantxa en su etapa educativa, 27 años.
El mismo 19 de mayo de 2015 me dieron los resultados de una resonancia magnética que confirmaba la existencia de la enfermedad de Crohn. En ese momento yo me encontraba terminando segundo de bachillerato, pasé un año medianamente “bueno” para todo lo que llegó después, y en 2016 empezó el verdadero calvario.
Estudiando FP me encontré con trabas de todo tipo. Recuerdo que no se podía faltar a clase más de un % concreto de horas del cómputo anual, ni aunque esa ausencia estuviese justificada. Entonces después de un año de consultas y pruebas médicas, ingresos hospitalarios a causa de brotes, tratamientos en el hospital de día… según se acercaba el final de curso, más me acercaba yo a pasar ese % permitido de ausencias. Según estaba yo de salud, para nada me veía con fuerza ni física ni mental de enfrentarme a unas recuperaciones con lo que me estaba costando sacar adelante los exámenes, y empezó a aparecer también la temida ansiedad. Además una de las asignaturas estaba relacionada con el juego infantil y gran parte de sus horas eran impartidas con esfuerzo físico que a mí me costaba la misma vida llevarlas a cabo, pero, nuevamente estaba en juego el aprobar o no toda una asignatura . Del mismo modo que si algún examen me coincidía con alguna ausencia, por ejemplo por estar poniéndome el tratamiento en el hospital de día, luego me enfrentaba a un examen diferente y en total desventaja frente al que había tenido el resto de compañeros. Y tambien es que al baño solo se podía salir en el descanso de 5 minutos entre clase y clase, al principio la verguenza de tener casi que rogar poder salir en mitad de una clase sin querer dar muchas explicaciones , pues..
Y así estuve un curso entero enfrentándome a nuevos desafíos casi a diario. Yo creo que a todo esto se le debe de dar una vuelta, bastante se tiene ya con lo que hay, como para que el sistema educativo cargue más y más peso a la mochila. Sería bueno individualizar cada caso, más allá de que de normal no se pueda faltar a clase más de X horas al año, si estamos en el hospital ingresados, o haciendo una prueba, o con el tratamiento… es que no hay otra opción. No la hay. No podemos estar en clase y poniéndonos el tratamiento al mismo tiempo. Sobretodo y ante todo, individualizar cada caso, además de romper con el tabú que muchas veces hay alrededor del crohn o la colitis que desde la ignorancia se piensa que es simplemente que vas mucho al baño.